martes, 20 de febrero de 2024

CAMINANDO CON SAN IGNACIO DE LOYOLA. “Felicidad del ser humano liberado del yo”. Soberana Compañía de Loyola SCL

 

 BENDICIÓN DEL XXX SUPERIOR GENERAL DE LA 
CURIA GENERALIZIA DELLA  COMPAGNIA DI GEZÚ


PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 


San Ignacio de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana.



Considerando que las personas, saliendo de si, y entrando en su creador y señor…tienen asidua advertencia, atención y consolación, y sentir como nuestro bien eterno sea en todas las cosas creadas, dando a todas ser, y conservando en el, con infinito ser y presencia.


San Ignacio de Loyola.


A.M.D.G

D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO 
 SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR 1ER GENERAL


Al igual que SAN IGNACIO DE LOYOLAque el Capitán General Don MARTÍN GARCÍA OÑEZ DE LOYOLA Gobernador General del Reino de Chile, del Hermano Don MARTÍN IGNACIO DE LOYOLA Obispo del Río de la Plata, y del Monseñor Dr BENITO LASCANO y CASTILLODon CARLOS GUSTAVO desciende de Don LOPE GARCÍA DE LAZCANO y de Doña SANCHA YAÑEZ DE LOYOLA

Soberana Compañia de Loyola
Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com 

ASÍ MURIÓ LA VIRGEN MARÍA SEGÚN SAN JUAN DAMASCENO, DOCTOR DE LA IGLESIA. Soberana Compañía de Loyola SCL

 BENDICIÓN DEL XXX SUPERIOR GENERAL DE LA 
CURIA GENERALIZIA DELLA  COMPAGNIA DI GEZÚ


PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 

 

La Madre de Dios no murió de enfermedad, porque ella por no tener pecado original no tenía que recibir el castigo de la enfermedad. Ella no murió de ancianidad, porque no tenía por qué envejecer, ya que a ella no le llegaba el castigo del pecado de los primeros padres: envejecer y acabarse por debilidad.

Ella murió de amor. Era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir.

Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.

Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.

Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido.

Para cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.

La noticia cundió por toda la ciudad, y no hubo un cristiano que no viniera a llorar junto a su cuerpo , como por la muerte de la propia madre.

Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral.

Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.

En el aire se sentían suavísimos pero fuertes aromas, y parecía escuchar cada uno, armonías de músicas muy suaves. Pero, Tomás Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto de sepultar a la Santísima Madre.

Dijo Tomás: No me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas manos santas que tantas veces me bendijeron. Y Pedro aceptó.

Se fueron todos hacia el Santo Sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire.

Abrieron el sepulcro y en vez de ver el cuerpo de la Vírgen encontraron solamente una gran cantidad de flores muy hermosas.

La Madre de Dios no murió de enfermedad, porque ella por no tener pecado original no tenía que recibir el castigo de la enfermedad. Ella no murió de ancianidad, porque no tenía por qué envejecer, ya que a ella no le llegaba el castigo del pecado de los primeros padres: envejecer y acabarse por debilidad.

Ella murió de amor. Era tanto el deseo de irse al cielo donde estaba su Hijo, que este amor la hizo morir.

Unos catorce años después de la muerte de Jesús, cuando ya había empleado todo su tiempo en enseñar la religión del Salvador a pequeños y grandes, cuando había consolado tantas personas tristes y había ayudado a tantos enfermos y moribundos, hizo saber a los Apóstoles que ya se aproximaba la fecha de partir de este mundo para la eternidad.

Los Apóstoles la amaban como a la más bondadosa de todas las madres y se apresuraron a viajar para recibir de sus maternales labios sus últimos consejos, y de sus sacrosantas manos su última bendición.

Fueron llegando, y con lágrimas copiosas, y de rodillas, besaron esas manos santas que tantas veces los habían bendecido.

Para cada uno de ellos tuvo la excelsa Señora palabras de consuelo y de esperanza. Y luego, como quien se duerme en el más plácido de los sueños, fue Ella cerrando santamente sus ojos; y su alma, mil veces bendita, partió a la eternidad.

La noticia cundió por toda la ciudad, y no hubo un cristiano que no viniera a llorar junto a su cuerpo , como por la muerte de la propia madre.

Su entierro más parecía una procesión de Pascua que un funeral.

Todos cantaban el Aleluya con la más firme esperanza de que ahora tenían una poderosísima Protectora en el cielo, para interceder por cada uno de los discípulos de Jesús.

En el aire se sentían suavísimos pero fuertes aromas, y parecía escuchar cada uno, armonías de músicas muy suaves. Pero, Tomás Apóstol, no había alcanzado a llegar a tiempo. Cuando arribó ya habían vuelto de sepultar a la Santísima Madre.

Dijo Tomás: No me puedes negar el gran favor de poder ir a la tumba de mi madre amabilísima y darle un último beso a esas manos santas que tantas veces me bendijeron. Y Pedro aceptó.

Se fueron todos hacia el Santo Sepulcro, y cuando ya estaban cerca empezaron a sentir de nuevo suavísimos aromas en el ambiente y armoniosas músicas en el aire.

Abrieron el sepulcro y en vez de ver el cuerpo de la Vírgen encontraron solamente una gran cantidad de flores muy hermosas. 


A.M.D.G

D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO 
 SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR 1ER GENERAL


Al igual que SAN IGNACIO DE LOYOLAque el Capitán General Don MARTÍN GARCÍA OÑEZ DE LOYOLA Gobernador General del Reino de Chile, del Hermano Don MARTÍN IGNACIO DE LOYOLA Obispo del Río de la Plata, y del Monseñor Dr BENITO LASCANO y CASTILLODon CARLOS GUSTAVO desciende de Don LOPE GARCÍA DE LAZCANO y de Doña SANCHA YAÑEZ DE LOYOLA

Soberana Compañia de Loyola
Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com 

lunes, 19 de febrero de 2024

CAMINANDO CON SAN IGNACIO DE LOYOLA. "ALGUNOS AUNQUE ESTUVIESE EN MIS MANOS DARLES LAS LÁGRIMAS, NO SE LAS DARÍA POR QUE NO LES AYUDAN EN LA CARIDAD". LES CAUSAN DAÑO AL CUERPO Y A LA CABEZA.

 

 BENDICIÓN DEL XXX SUPERIOR GENERAL DE LA 
CURIA GENERALIZIA DELLA  COMPAGNIA DI GEZÚ


PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 

San Ignacio de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana.



“Digo además a V.R. (Como lo siento.) que algunos aunque estuviese en mis manos darles las lágrimas, no se las daría por que no les ayudan en la caridad, y les causan daño al cuerpo y a la cabeza, y en consecuencia impiden cualquier ejercicio de caridad. Así que no se de pena por la falta de lágrimas externas, y conserve su voluntad buena y eficaz mostrada en obras, que esto basta para la perfección propia, ayuda del prójimo y servicio a Dios”.

San Ignacio de Loyola.


Los ejercicios espirituales nacen de la experiencia personal de San Ignacio de Loyola, peregrino en búsqueda de la voluntad de Dios.

Puso por escrito algunas de las cosas que le habían ayudado personalmente, para poder así ayudar a otros. Por eso los ejercicios son también un libro escrito en un estilo conciso, dirigido sobre todo a quien los da. Tienen mucho de método y de pedagogía.

Desde hace cinco siglos han sido un modo de ayudar al encuentro con Dios en la propia vida, en el camino único e irrepetible de cada persona. Por eso los ejercicios acaban siendo una experiencia que marca un antes y un después en quien los hace.

A.M.D.G

D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO 
 SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR 1ER GENERAL


Al igual que SAN IGNACIO DE LOYOLAque el Capitán General Don MARTÍN GARCÍA OÑEZ DE LOYOLA Gobernador General del Reino de Chile, y del Hermano Don MARTÍN IGNACIO DE LOYOLA Obispo del Río de la Plata, Don Carlos Gustavo desciende de Don LOPE GARCÍA DE LAZCANO y de Doña SANCHA YAÑEZ DE LOYOLA

Soberana Compañia de Loyola
Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com 

domingo, 18 de febrero de 2024

CAMINANDO CON SAN IGNACIO. NUESTRO ENEMIGO ES FINALMENTE COMO UN ESTRATEGA EN CAMPAÑA, QUE SE PREPARA PARA ASALTAR Y SAQUEAR UNA PLAZA FUERTE (EJERCICIOS ESPIRITUALES 327). SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA S.C.L.

 

 BENDICIÓN DEL XXX SUPERIOR GENERAL DE LA 
CURIA GENERALIZIA DELLA  COMPAGNIA DI GEZÚ


MIEMBRO DE LA ACADEMIA LATINOAMERICANA 
DE HISTORIA MILITAR

Y

PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 

El Diplomado en Defensa Nacional está capacitado para conformar equipos de trabajo abocados al análisis y resolución de problemas técnicos (obtención de datos, asesoramiento sobre áreas específicas, determinación de dimensiones a ser evaluadas, entre otros), aplicando los conocimientos y la práctica adquiridos en temas afines con el área de la Defensa (Incluye la Seguridad Interior). 


 GÜEMES DIRECTOR NACIONAL DE GENDARMERÍA PhD 

Nuestro enemigo es finalmente como un estratega en campaña, que se prepara para asaltar y saquear una plaza fuerte: primero explora el terreno y sus mortificaciones y después ataca por la parte más débil. 

Así es también el demonio: primero nos observa atenta y cuidadosamente por todos lados y mira en qué virtudes estamos mejor equipados o más desprovistos: fe, esperanza, caridad, paciencia, justicia, fortaleza o templanza, y después cae sobre nosotros con todo el contingente de sus armamentos, atacando precisamente aquellos puntos por dónde espera dañarnos, ya que los halla más débiles o menos protegidos.(Ejercicios Espirituales 327) 

A.M.D.G

D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO 
 SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR 1ER GENERAL

Al igual que SAN IGNACIO DE LOYOLAque el Capitán General Don MARTÍN GARCÍA OÑEZ DE LOYOLA Gobernador General del Reino de Chile, y del Hermano Don MARTÍN IGNACIO DE LOYOLA Obispo del Río de la Plata, Don Carlos Gustavo desciende de Don LOPE GARCÍA DE LAZCANO y de Doña SANCHA YAÑEZ DE LOYOLA

Soberana Compañia de Loyola
Cuerpo Socorro Argentino
cuartelmaestre@gmail.com
ordendeloyola@gmail.com 

La Legión de Loyola. DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS. La discreta caridad. Desenmascarar al enemigo que se esconde (decimotercera regla)

  S oberana   C ompañia de   L oyola «Asimismo se hace [el enemigo] como vano enamorado en querer ser secreto y no descubierto. [...] De la ...