jueves, 22 de enero de 2009

LOS DERECHOS HUMANOS DE LA DOCTORA HILDA MOLINA

Dr Dn Carlos Mauricio Moratorio
Muy Augusto Caballero de Gracia

La medica cubana Hilda Molina, es una prestigiosa profesional que fundo en aquel país el “Centro Internacional de Restauración Neurológica”. Fue condecorada por los servicios a su patria y ocupo en la década de los noventa, una banca en la Asamblea Popular de Cuba.

En 1994, a raíz de serias divergencias con el poder castrista, renuncia a todos sus cargos, académicos y políticos, devuelve las mencionadas condecoraciones a las autoridades y abandona el Partido Comunista.

Desde aquella fecha, viene solicitando a las autoridades de su país, un “permiso de salida”, para poder visitar a su hijo, residente en la Argentina y padre de dos niños argentinos.

El régimen castrista, ha declarado que el cerebro de la doctora Molina es “patrimonio del país” y se basa en aquel precepto para denegarle ese permiso.

La Asamblea de las Naciones Unidas, adopto el 10 de diciembre de 1948 la “Declaración Universal de los Derechos Humanos”, suscripta por todos sus integrantes.

Este documento universal brindo a partir de su aprobación un sentido sólido y estricto al término derechos humanos, tan frecuentemente invocado a partir de entonces.
La declaración, afirma en su artículo 13 que “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado”, y “tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio”, y a “regresar a su país”. Agrega además en su articulo 14 que “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.”

Hasta aquí queda perfectamente entendido, que los derechos humanos de la Doctora Hilda Molina no son respetados en Cuba por el gobierno dictatorial que presiden los hermanos Castro desde hace ya medio siglo.
Sin embargo, lo que parece perfectamente entendible para algunos, es difícil de comprender para otros. Según estos grupos, solo afectarían los derechos humanos determinados tipo de dictaduras, léase por ejemplo los gobiernos militares argentinos, chileno o uruguayo de la década de los setenta. En cambio si las dictaduras sostienen ideas totalitarias comunistas como el caso del castrismo cubano o el régimen militar peruano de Velasco Alvarado por ejemplo, entonces ya se encontrarían justificados de hacerlo por sus altos ideales y su vocación “antiimperialista”.

Ha llegado la hora de abandonar el doble estándar. Hay que defender los derechos humanos de todos, en todo sitio y sin utilizaciones mezquinas. Los derechos humanos no pueden ser la herramienta de manipulación ideológica de aquellos que a todas luces desconocen y bastardean su esencia.

La confusión sin embargo, es amplia. En su reciente visita a Cuba, la presidentA de la Republica Argentina, Cristina Kirchner resaltó "el desarrollo humano y social" de Cuba.
Un desarrollo humano que pese a ser muy apreciado por nuestra primera magistrada impide, además de lo expuesto, cumplir con otro precepto liminar de los derechos humanos como es el de que “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión” (Art. 19 de la Convención)

Lo de Cuba, según esta forma tan particular de ver las cosas, no seria entonces una dictadura sino que vendría a ser, una gesta revolucionaria, que aun hoy despierta la admiración de muchos y justificaría por ello las terribles violaciones a los derechos humanos ocurridas bajo la dominación castrista.

Mientras tanto, la Doctora Hilda Molina no puede salir de Cuba.
¿Cuanta hipocresía no?

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