Tierra de Caballeros debe su nombre a la vinculación de nuestro territorio, encuadrado en La Mancha, con las Órdenes de Caballería de Calatrava y Santiago ya que, en los siglos XII y XIII durante la Reconquista, los reyes castellanos necesitaron de estas órdenes de caballería, primeramente, para la defensa de las posiciones de frontera entre los reinos cristianos y los musulmanes de Al- Andalus y, posteriormente, para la repoblación del territorio recién ganado
Las poblaciones se desarrollan al amparo de una fortificación o se fundan nuevas villas y se crea una sociedad más libre donde colonos y vasallos podían acceder a la propiedad de la tierra. Los caballeros promovieron las principales construcciones de las poblaciones. Incluso Alfonso X necesita fundar una villa real (Ciudad Real) para dejar constancia de su autoridad en tan extenso territorio dominado por las Órdenes de Caballería. En Valdepeñas el desarrollo del viñedo se asocia a la repoblación llevada a cabo por la Orden de Calatrava.
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Las órdenes de caballería alcanzaron durante la Edad Media, época de su nacimiento y mayor apogeo, tal protagonismo e importancia, que son instituciones esenciales para estudiar la sociedad en que se desarrollaron y su decisivo papel en la Historia. Han sido unas de las organizaciones más singulares y que más han influido en los territorios donde se han asentado.
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Monacato y caballería son los elementos esencialmente constitutivos de las distintas órdenes militares. Nacen determinadas por dos factores principales: la institucionalización de la caballería y la cristalización de la guerra santa en forma de cruzada. Son el resultado de una época en la que la Iglesia ejercía un poder dominante en Europa. Estas instituciones se convirtieron en la punta de lanza de la cristiandad medieval manteniendo siempre una vocación hospitalaria-asistencial, función que era consustancial a la personalidad monástica.
Otro aspecto esencialmente ligado a los orígenes y desarrollo de las órdenes militares es su vinculación con la frontera. Su actividad se reduce a tres grandes escenarios: en primer lugar, Tierra Santa, donde consolidan su presencia en el reino de Jerusalén y en el resto de los estados cruzados; en segundo lugar, la Reconquista de la península ibérica, y en tercer lugar, la región báltica.
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Estas órdenes militares cumplen cinco funciones principales: militar, eclesiástica porque controlaban algunas parroquias de sus señoríos, hospitalaria porque asistían a los miembros de la orden, atendían a heridos en combate, redimían cautivos de guerra y ofrecían auxilio a enfermos, necesitados, peregrinos, económica mediante la colonización, y la política ya que contribuyeron a la estabilidad de las monarquías a través de la fijación de fronteras.
A partir del Siglo XII la caballería dejó de ser únicamente una disciplina militar asociada a la nobleza, para convertirse en un modo de vida, un código de conducta. Los caballeros se consideraban, igualmente importantes en la paz, practicando valores de justicia, equidad, lealtad, integridad, prudencia, generosidad y amabilidad. Incluso se consideraba que a fin de poder aconsejar y gobernar correctamente, estos, debían ser sabios y benévolos. Este código de caballería lo conocía Don Quijote, por ese motivo, nos gustaría hacer una reflexión sobre este personaje universal que situó Cervantes en La Mancha (una tierra que el conocía bastante bien por sus continuos viajes entre la Corte y Andalucía) como manifestación de ese espíritu caballeresco existente en nuestras tierras colonizadas mayoritariamente por las órdenes de caballería. De ahí que pensemos que Don Quijote de la Mancha tiene su razón de ser en nuestra “tierra de caballeros”.
La Orden de Calatrava
Recibe su nombre del castillo de Calatrava la Vieja, de extraordinario valor estratégico por encontrarse en el paso entre Castilla y Andalucía. No atreviéndose con la defensa de Calatrava los caballeros templarios, la devuelven al rey Sancho III, quien, a su vez la entrega a S. Raimundo, abad del monasterio de Fitero, considerado el fundador de la Orden en 1158. Ante el avance de la Reconquista, construyeron un castillo impresionante, Calatrava la Nueva, para mayor prestigio de la Orden y en el siglo XIII, los maestres se trasladaron a Almagro, convirtiendo así la ciudad en cabecera de la Orden.
La Orden de Santiago
Fundada originariamente como Cofradía de Caballeros por Ramiro I, con las reglas de la Cofradía parroquial de Santiago de Uclés (Cuenca), donde tendrá su Convento mayor, favorecida en 1170 por Fernando II, para la defensa de Cáceres. El arzobispo de Santiago los vinculó a la advocación del apóstol para proteger y asistir a los peregrinos del camino francés y pronto fueron respaldados por los obispos de otras importantes diócesis y el legado pontificio. No limitó su presencia al área de frontera, y estuvo presente además en amplios territorios peninsulares.
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