miércoles, 10 de abril de 2024

Capellanía Soberana Compañía de Loyola. Cecilia María de la Santa Faz: la religiosa que podría convertirse en la próxima santa argentina

  Soberana Compañia de Loyola


Se trata de una carmelita descalza que vivió y murió con una sonrisa en los labios. Internada con un cáncer avanzado, permanecía alegre y, al morir, su rostro quedó fijado en un gesto de profunda paz.

Era el Adviento del año 2015 y la Iglesia abría sus puertas de par en par, dando inicio al Año Jubilar de la Misericordia. En la Comunidad de Carmelitas Descalzas de Santa Fe, la hermana Cecilia María fue visitada inesperadamente por una grave enfermedad, que culminaría seis meses después con su fallecimiento, el 23 de junio de 2016.

Desde entonces, la fama de santidad de esa monja carmelita viene creciendo exponencialmente, y numerosos testimonios destacan su influencia positiva en la vida de quienes la conocieron en vida o solicitaron luego su intercesión.

Nacida en San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, Cecilia María Sánchez Sorondo encontró su vocación en el monasterio de las Carmelitas Descalzas ubicado en Santa Fe. Proveniente de una familia tradicional y sobrina de un obispo allegado al Papa Francisco (monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano), falleció a los 42 años luego de batallar contra un cáncer de lengua.

Ahora, la iglesia comenzó a transitar la postulación de esta carmelita, cuya imagen internada en el Hospital Austral se viralizó hace casi ocho años, apenas 13 días antes de morir: tenía una hermosa sonrisa en los labios, conservaba la belleza de la juventud y la paz en el rostro, a pesar del sufrimiento que atravesaba por la cruel enfermedad que se la llevó de este mundo en poco más de seis meses.

Recientemente, el arzobispo de Santa Fe, monseñor Sergio Fenoy, firmó el edicto para iniciar el camino de la beatificación y canonización de la hermana Cecilia María. El camino hacia la santificación implica un riguroso proceso de estudio y evaluación por parte de las autoridades eclesiásticas, pero la historia y el legado de esta joven religiosa despiertan la atención y la esperanza de muchos fieles. El proceso requiere, además, testimonios acerca de milagros y gracias recibidas a través de su intercesión.

Fabiana Guadalupe Retamal de Botta, compañera de Cecilia, compartió detalles sobre la personalidad y la espiritualidad de la religiosa: “Ella siempre fue una persona muy alegre, cálida, cercana, acogedora. Tenía la particularidad del don de gentes”.

“Cuando uno cultiva esa virtud tan hermosa de ser empática, esa capacidad acogedora, de cercanía, sale esa sonrisa que permaneció en los momentos más dolorosos, como el tránsito de su enfermedad, y que se puede ver hasta después de muerta”, resaltó, en referencia a las impactantes imágenes que generaron admiración en los miles de personas que se interesaron por su historia.

“A mí me tocó circunstancialmente acompañarla el día del diagnóstico, cuando fuimos al médico y le diagnosticaron el cáncer de lengua, y la verdad que en ese momento yo fui testigo de la paz que la inundaba”, recuerda la hermana Fabiana, aunque señala que, más allá del “dolor que nos invadió a las dos por tener que escuchar ese diagnóstico”, lo fue llevando con “una sonrisa que salía del corazón”. “Impacta la manera en que lo vivió, ha sido un gran testimonio”, subraya.

En el Carmelo dicen que la encontraban siempre sonriente, aunque tenía un carácter fuerte. Cuando ya había enfermado y estaba en el hospital, le confesó a una de sus hermanas: “Mi gran pecado era hacer siempre lo que yo quería, mis caprichos… Alguna vez llegué a tener tanta cara de perro que me asusté de mi misma”.

Cada paso médico que dio, luego de conocerse el diagnóstico de cáncer, fue decidido por ella. Lo confirmó la Madre María Magdalena de Jesús, priora del Carmelo San José y Santa Teresa, de Santa Fe, en una columna que escribió para el house organ del Hospital Austral: “Siempre fue la hermana Cecilia María la que tomaba las decisiones con un aplomo y serenidad increíbles, habiendo escuchado con atención los distintos pareceres de todos los médicos, como se lo dejó escrito al Dr. Matías Najún (en un momento decisivo en el que se le abrían dos caminos: una cirugía mayor o cuidados paliativos): ‘Estoy tranquila, a la espera de que me expliquen las posibilidades y complicaciones. Prefiero que me digan todo y no se reserven nada’”.

“Tanto ella como todas nosotras estábamos bien informadas de la realidad, y esto nos daba serenidad. Nosotras siempre apoyamos sus decisiones. Esas decisiones de vida o muerte no eran cuestiones simplemente médicas, sino que en realidad ponían en juego nada más y nada menos que el Evangelio”, relata.

 GENERAL SOBERANA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA


San Ignacio de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.

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La Legión de Loyola. ASCESIS. Reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud.

  L a   L egión de  L oyola (CHRISTIFIDELIS LAICI,58) L a   C aballería:  la   F uerza  A rmada al   s ervicio de la  V erdad   D esarmada. ...