Según dice el General Espejo
en su obra El Paso de los Andes:."la devoción a la Virgen del Carmen
estaba muy arraigada en Cuyo y casi todos los soldados llevaban su escapulario,
por eso fue ella la que tuvo preferencia"..Y más adelante describe la
brillante ceremonia (5 de enero de 1817) durante la cual San Martín le entrega
su bastón de mando, la nombra Generala, y hace bendecir también la Bandera de
los Andes,."saludada por dianas y la banda con cajas y clarines, mientras
rompía una salva de veintiún cañonazos, ante el ejército de gran gala y todo el
pueblo de Mendoza".
Desde una visión
política-militar y dentro de la guerra de zapa y psicologica la elección no fue
arbitraria. La imagen de Mendoza había venido desde Chile muchos años atrás, y
era venerada en ambos lados de la cordillera. Lugar donde dentro de poco se
realizarían las operaciones en busca de vencer a los realistas y contar con el
apoyo del pueblo, al que se le decía que eran herejes, ateos, paganos y
destructores de la religión católica.
La elección de colocar un
escapulario, tampoco fue al azar, la promesa hecha por la Virgen a San Simón
Stock, garantizaba a los que murieran el ingreso al cielo.
Según la tradición, la
Santísima Virgen prometió en una aparición; «Yo, su Madre de Gracia, bajaré el
sábado después de su muerte y a cuantos religiosos, terciarios y cofrades –
hallaré en el Purgatorio los liberaré y los llevaré al monte santo de vida
eterna».
Jamás las fuerzas dirigidas
por San Martín intentaron destruir la religión católica, ni ninguna otra, y así
se lo enseña a su hija en las Máximas: Nro. 7- Inspirarle sentimientos de
indulgencia hacia todas las religiones..