HEREDEROS FAMILIA ROQUÉ GÜMES´
“Prohíbo por vía de Ley y regla
general que jamás pueda volver a admitirse en todos mis Reinos en particular a
ningún individuo de la Compañía ni en Cuerpo de Comunidad con ningún pretexto
ni colorido que sea, ni sobre ello admitirá el mi Consejo, ni otro Tribunal,
instancia alguna; antes bien, tomarán a prevención las justicias las más
severas providencias contra los infractores, auxiliadores y cooperantes de
semejante intento, castigándoles como perturbadores del sosiego público. […]
Todo el que mantuviere correspondencia con los Jesuitas, por prohibirse general
y absolutamente, será castigado a proporción de su culpa”. (Carlos III, 1767)
Los jesuitas fueron acusados por los
consejeros del rey Carlos III de conspiración y de promover levantamientos
contra su gobierno. El monarca no señala con claridad las razones exactas por
las que se los va a expulsar de toda la extención de la Monarquía.
El 9 de septiembre de 1767 en la
madrugada, el virrey Manuel Amat se encargó de capturar a los jesuitas de Lima,
con un grupo de 700 soldados. Primero intervinieron el noviciado de San Antonio
Abad y la hacienda de Santa Beatriz, recluyendo a los clérigos capturados en el
Colegio de San Pedro.
El 29 de octubre de 1767 los jesuitas
de Lima fueron embarcados en un navío rumbo a España. Otro grupo fue embarcado
el 15 de diciembre de 1767 y en enero de 1768 fueron embarcados dos grupos más
de jesuitas de las provincias.
Las propiedades de los jesuitas
fueron confiscados por el gobierno virreinal y se dispuso que la Junta de Temporalidades
se encargara de la administración de estas. Posteriormente fueron repartidos
entre hacendados y funcionarios provinciales.
La expulsión de los jesuitas dejó un
vacío en varios aspectos de la sociedad virreinal y un déficit en el campo
agrícola, lo que daría pie a una serie de levantamientos de indios y esclavos
en las haciendas costeras en los siguientes años, quienes exigían el retorno de
los clérigos jesuitas.
Luego de llegar a España los jesuitas
serían deportados a los Estados Pontificios, de dónde partirán tiempo después
hacia Austria y Rusia, llevándose consigo muchos libros y estudios sobre
diferentes campos de la sociedad peruana virreinal.
Referencia:
.- Esclavitud, economía y
evangelización: las haciendas jesuitas en la América virreinal, Manuel María
Marzal (2005).