Es
por esta razón que si necesitas una ayuda especial este es el santo al que
debes acudir, pues podrá interceder por ti ante los cielos. En este caso, se
trata de una oración perfecta para solicitar protección, la cual te mantendrá
alejado de todo lo que quiera hacerte mal o peligro, compartida por el portal ‘Fieles
a Dios’.
ORACIÓN DE PROTECIÓN CONTRA EL MAL
Querido San Ignacio de Loyola, pido
tu intercesión para contar con tu protección contra todo mal. Creo en
Dios todopoderoso, creo en su hijo Jesús, que dio su vida por mí en la
cruz, venciendo todo principado, toda potestad de las tinieblas, todo espíritu
maligno, Satanás mismo.
Bajó al inferno, venció a la muerte,
y ascendió al tercer día vestido en majestad, en victoria, para la
gloria y honra de nuestro único y verdadero Padre, Dios. Guíanos con
esa fuerza espiritual, San Ignacio tú que sabes obrar en el nombre del Señor,
no dejes que nunca desistamos de nuestro propósito.
La lucha no es contra carne y sangre
dice tu palabra, es contra espíritus malignos, huestes y principados de maldad,
por lo tanto, confió que tengo tu cuidado y tu protección, soy hijo(a)
de Dios; caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra, más a mí no llegara
mal alguno, estoy cubierto con la sangre del cordero, no hay nada más
fuerte que la sangre de Cristo en sus verdaderos hijos.
San Ignacio de Loyola, no
existe montaña que se me oponga, ni mal que me oprima, tampoco
dificultad que me detenga, ni ralentice mi caminar, mucho
menos circunstancia que me robe la paz, ni me quite el verdadero gozo de mi
Señor; en todo tiempo te alabare, en lo bueno y no tan bueno.
He
aprendido a contentarme en lo poco y en lo mucho, he aprendido a serle
fiel a Dios en lo poco y en lo mucho, me pondrá como lo
hizo contigo venerado San Ignacio de Loyola. Confío que estoy bajo la voluntad
del Padre, buena, agradable y perfecta para mí, por lo tanto, se hacen vida las
santas escrituras que dice que el que habita a la sombra del altísimo, morara
bajo la sombra del omnipotente.
Gracias
padre porque estoy libre de todo mal, el
enemigo no puede tocarme, no toca mi familia ni mis finanzas, está atado,
sujeto, sin poder, sin autoridad, sin legalidad en mi vida, en el poderosísimo
nombre de Jesús. Amén.
Cte Pr Dr D CARLOS GUSTAVO LAVADO RUÍZ ROQUÉ LASCANO