sábado, 23 de marzo de 2024

Marchando con la Soberana Compañía de Loyola. “Esta Semana Santa, convertir el corazón a Dios es nuestra misión.”

 





PRIMER OFICIAL DE COMUNICACIONES DE LA
GENDARMERÍA NACIONAL ARGENTINA 
DIPLOMADO EN DEFENSA NACIONAL 




El pecado no se improvisa, generalmente se medita, se razona, se justifica y se decide. El Evangelio de hoy nos muestra claramente que la muerte de Jesús no fue fruto del azar, sino de un acto razonado y decidido previamente. Así razonaron las autoridades de Israel en aquel entonces:


“¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en Él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación”. Pero uno de ellos les dijo: “No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”. Por lo tanto, desde aquel día tomaron la decisión de matarlo.

Lo mismo nos sucede a nosotros: nuestras faltas de caridad, nuestras críticas, nuestra indiferencia ante el necesitado, y muchos pecados más, son fruto de un razonamiento, una justificación y una decisión. Así nos decimos:

“Yo no le ayudo… porque no se lo merece”.
“Yo robo… porque así lo hacen todos”.
“Yo soy infiel… porque es imposible no serlo”.
“Yo no lo perdono… porque si lo hago me volverá a ofender”.
“Yo no honro mi palabra… porque nadie lo hace”.
“Yo no voy a misa… porque los que van son hipócritas”.

Y así le pudiera seguir con una lista bastante amplia de las “excusas” que ponemos para no amar a Dios en el hermano, para no honrar su presencia en nuestras vidas, para pecar y creernos justificados, tal como lo hicieron quienes mataron a Jesús.

El pecado no se improvisa y solo lo venceremos cuando dejemos a un lado nuestros razonamientos, miremos a la Cruz y decidamos “ponernos del lado del Crucificado y no de los que lo crucificaron”.

Comenzamos la Semana Santa, días especiales para renovar nuestro corazón, para dejar a un lado nuestras justificaciones y decidirnos a Amar, como Cristo nos ha amado desde la Cruz.

 GENERAL DE LA SOBERNA COMPAÑÍA DE LOYOLA
FUNDADOR DE LA ORDEN DE CABALLERÍA


San Ignacio de Loyola fue en un principio un valiente militar, pero terminó convirtiéndose en un religioso español e importante líder, dedicándose siempre a servir a Dios y ayudar al prójimo más necesitado, fundando la Compañía de Jesús y siendo reconocido por basar cada momento de su vida en la fe cristiana. Al igual que San Ignacio, que  el Capitán General del Reino de Chile Don Martín Oñez de Loyola, del Hermano Don Martín Ignacio de Loyola Obispo del Río de la Plata, y de del Monseñor Dr Benito Lascano y Castillo, Don Carlos Gustavo  Lavado Ruiz y Roqué Lascano Militar Argentino, desciende de Don Lope García de Lazcano, y de Doña Sancha Yañez de Loyola.


La Legión de Loyola. ASCESIS. Reglas y prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y el logro de la virtud.

  L a   L egión de  L oyola (CHRISTIFIDELIS LAICI,58) L a   C aballería:  la   F uerza  A rmada al   s ervicio de la  V erdad   D esarmada. ...